1 abr 2010

No hay besos campeones en un primer round

Como siempre le resultaron simpáticas, las pecas no le molestaban a Pablo. Entonces conocer a Dora fue simple. Con un “Hola, vengo de Malet a dejar ordenes de publicidad”, Pablo entró en la vida de la pequeña de sonrisa Colgate.



Dora es publicista hace tres años y cantante desde los cinco. Le gusta el rock nacional, Los Beatles y es la que mas sabe de Queen en todo el país. Y Freddy Mercury es sagrado. Esto lo pudo comprobar Pablo, porque más de una vez ella lo retó por decir que todos los temas de la mítica banda son gays (cosa que es verdad). “Con Freddy y mi vieja no te metas”, sentenciaba Dora, con el ceño fruncido y levantando el dedo amenazador.


Pablo venía de una relación represiva y encontró en la fragilidad y simpleza de Dora el resguardo para sentirse libre. Ella, en cambio, no buscaba más que amistades con derecho a roce, porque el amor no era algo que estaba en sus planes. Aun así, sabiendo de la capacidad enamoradiza de Pablo, lo dejó entrar a su mundo.


Entre regalitos, caricias fugaces y charlas profundas, la relación se afianzaba. Pablo se escapaba para verla en la esquina de Nicaragua y Humbolt y ella esperaba ahí… después de decir que iba a los chinos a comprar un alfajor Cachafaz.


Todo muy lindo, pero nunca un beso.

El era entrador pero demasiado tímido. Y Dora era exploradora, pero siempre quiso ser raptada por un arrebato cuerpo a cuerpo. Él esperaba que las estrellas se alineen y encontrar el momento justo. Ella, que le coma la boca.


Juntos habían compartido paradas de colectivos y charlas de música, pero lo más cercano a un dialogo de labios fue un beso demasiado cerca de la zona de desastre. Pablo sabia que estaba todo bien, pero aun así no podía. No sabía por qué. El pasado? El futuro? El trabajo? El hecho que es casi irreal que la chica del canal realmente le este dando cabida? (Los problemas de autoestima son tratados siempre en el psicólogo de Pablo)


Dora tenia cierto miedo a las motos, por eso no lo dejaba a Pablo que la lleve a la casa. “Demonios! Era la excusa perfecta!”, se lamentaba él. Llevarla le daba mas valor para poder besarla, porque seria como el quisiese. A su primer novia le dijo que cerrara los ojos para darle un regalo y la besó. Esa boludez funcionó hace años atrás, porque no ahora?


Una tarde como las demás, Pablo estaba deseoso de Dora. La llamó, la facebookeó, la zumbeó(todos estos datos los pudo rescatar hábilmente) hasta decirle que la quería ver. Ella lo esperó en la puerta del canal y partieron a comprar un Cachafaz, esta vez de verdad. Entraron (ella pasó primero) y fueron hasta el fondo. Pablo decía para adentro “es ahora, es ahora”. La toma del brazo y la da vuelta. Frente a frente… bah, ella es media cabeza menos que él, así que lo miró hacia arriba buscando sus ojos. Pablo, temblando, fue subiendo sus manos hasta su rostro. Sentía como su boca le picaba.


Dora abrió más aun sus ojos marrones, esbozó esa sonrisa preciosa y tiernamente le dijo, a dos centímetros de boca de Pablo:






- No me iras a besar acá no? Después de tanto tiempo no vas a ser tan boludo de besarme al lado de los fiambres?





Pablo soltó un ahogado “no”, volvió a desinflar su autoestima y se compró Caladryl para sacarse la picazón de los labios.

2 comentarios:

  1. jajajaj, muy bueno.

    Que grande Dora, exploradora, al lado de los fiambres no, the bealtes y Freddy SAGRADISIMO-

    Aplausos una vez más.-

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Y ahora... que?