27 abr 2010

El Origen de las Cosas

Lucas Lombardi y Blanca Salvatierra se conocían de chicos. Vecinos de la cuadra, compañeros de colegio, compinches en recitales, cómplices de huidas, enamorados del amor. Lucas se le declaró en la plaza de Flores, su barrio de toda la vida. Ella, rubia de grandes ojos marrones, lo abrazaba y besaba de alegría, correspondiendo a aquel sentimiento que el morocho de sonrisa compradora sentía.

Lucas y Blanca terminaron las clases y derecho a la facultad. Él, administración de empresas. Ella, diseño de indumentaria. Trabajaban para irse a vivir juntos, siempre en el barrio, cerca de la plaza. Trabajos temporarios, pasantías y reemplazos a ambos padres en sus labores hicieron que su sueño del espacio propio llegase. Festejaron con una boda a todo trapo, en la iglesia del barrio. Al poco tiempo, consiguieron trabajo de medio tiempo cada uno , lo que les permitía no dejar su ritual de la hamaca y los besos. Les costaba mantenerse, pero todo fluía. Una tarde, Lucas tenia algo para decirle a Blanca; Blanca tenía algo que decirle a Lucas. Ambos contentos, esperaron la hora de la hamaca y los besos para contarle por qué hace días que sonreían sin sentido. “Tengo un proyecto muy importante, va a costar, pero lo podemos hacer juntos. Vos con tus diseños, yo con mi experiencia: Vamos a poner una casa de ropa”. Blanca lo miró, bebió de la sonrisa que lo enamoraba día a día y le dijo: “Estoy embarazada”. Ambos lloraron. Lucas no sabía como hacer para dejar de sonreír, Blanca no sabia como hacer para dejar de diseñar. “Costará, pero lo lograremos. Mas por nuestro hijo que se viene”.

Lucas estaba motivadísimo. Tenía hechos los contactos, tenía el material, el local céntrico en la Av. Rivadavia y todas las ganas. Blanca las ideas, la frescura, los bocetos y la energía. Por unos meses de intensidad, la casa de Lucas y Blanca fue un quilombo importante. Pero todo iba viento en popa.

Llego el gran día, la apertura. Todo el barrio estaba ahí, esperando a que “la pareja de la hamaca azul” inaugure su casa de ropa exclusiva. “Lucas y Blanca” se llamaba su pequeño local. Entraron todos y todos se llevaron algo. Algún curioso que iba para la provincia miraba extrañado el tumulto de gente agolpada a los vidrios que se encontraban entre el kiosco y la librería. “Costó pero lo logramos Blanca!”, repetía una y otra vez Lucas.

Fueron meses de felicidad y éxito para la pareja de la hamaca azul. El pequeño Benjamín había nacido y correteaba entre maquinas de coser y botones del galpón que alquilaron en Floresta. Allí establecieron un taller, ya que las demandas de mercadería que tenían los sobrepasaban, siempre. Lucas recibía propuestas todo el tiempo para que administre grandes empresas. Blanca era llamada por marcas de ropa que le pedían, por lo menos, alguna idea para nuevos modelos. Si bien ellos siempre compartieron todo, ambos tomaban decisiones para si mismo, sin consultarse.

Lucas tenía algo que decirle esa tarde en la hamaca a Blanca, y ella tenía que confesarle algo a su esposo. “Esto ya se nos va de las manos Blanca. He recibido varios llamados para que lancemos una marca con estos diseños, con nuestra ropa pero para el país. Y les he dicho que si. Tendremos todo a disposición, solo debemos administrar y proponer los bocetos, nada mas. Querés, mi vida?”. Esa sonrisa compradora seguía surtiendo el mismo efecto en ella. “Claro que si amor! Es más , iba a proponerte lo mismo, porque también recibí llamados de marcas que querían comprar mis creaciones. Y yo les dije que no, porque esto es nuestro! Ademas … estoy embarazada otra vez”. Se fundieron en ese beso y abrazo que los caracterizó desde aquellas tardes después del colegio. Blanca miró a Lucas con sus grandes ojos marrones y le preguntó cómo llamarían a la marca y como harían a partir de ahora . El, acariciando su pelo le dijo:
“Veremos, pero…. Cuesta Blanca”

25 abr 2010

El León y el Ratón

Había una vez un ratón muy generoso que se había perdido en la selva. Él solía salir a trotar por Parque Centenario, pero esta vez agarro Díaz Velez y termino en África. De repente, escucha el grito desesperado de un león. Sus antenitas de vinil lo dirigieron hasta donde se encontraba el gran felino, mariconiando.


- “Por favor, ayúdame!”, gritaba el león.

- “Pero que te paso?”, le dijo el ratón sacándose los auriculares del IPED

- “Me clave una astilla y me olvide la pincitas el otro jean

El ratón lo miro extrañado. “No me iras a comer no?”

- “Naaaa… fui a Siga a la Su Giménez en Dardo Rocha y me llene… ayúdame por favor!”

El ratón se acerco y le sacó la astilla al león, que maulló aliviado como vedette de “Fantástica”

- “Gracias amigo, algún día te devolveré el favor

Si tenes un diego arreglamos”, le dijo tímidamente el ratón, pero el león ya se había ido corriendo.

Días mas tarde, el león paseaba por la selva en su 206 pistero cuando escucho a unos ratones patoteros golpear a su amigo al grito de “que so? Que so?”. De un salto se interpone entre los golpeadores y su gran salvador que lo saco de un dolor terrible (bah, el ratón que le saco una astillita de mierda).

- “Si se meten con él, se meten conmigo”, bramó amenazante el león

El ratón sintió que el león estaba cumpliendo con su palabra de devolverle el favor. Se escondió en el 206… y se fue cagando del lugar mientras los 5 ratones despedazaban y hacían alfombra al león, que gritaba mas fuerte que antes.

El ratón quedo muy triste por el destino de su amigo. Y mientras escuchaba Vale 97.5 y lloraba, encontró en la guantera unos pases para todos los partidos del Mundial.



Moraleja: Ayudar a un desconocido es gratificante… Mas cuando lo matan salvajemente y te quedas con entradas para ver a la Selección en el Mundial

20 abr 2010

Epa! es mio

Brillas. Te queda bien. Estas radiante. Un poco grande para mi, y hay que ser mas grande que yo. De cuerpo, claro. Superas ampliamente mi metro noventa, mis 90 kilos, mis largos brazos. Pero estas increíble.
Mi trabajo me lleva por muchos lugares y veo como vos en cada uno de ellos. Pero sos como especial, casi me puedo reflejar en vos. Tu piel, cual diosa dorada, brilla encandilando a cualquiera que se detenga a admirarte. Y no es para menos, no se puede evitarte. De todos los sitios en los que mi travesía me lleva diariamente, no puedo evitarte. Es mas, espero el momento de ir a observarte hacer lo que mejor sabes hacer.
Me da celos que otros hagan lo mismo. Yo te siento cada vez que entro en vos, no me gusta compartirte. Te recorro, viaje en ti sin perderme un instante de cada molécula que te compone. Toco con dedicación los botones que te encienden, que te dejan abrirte para mi. Pero soy celoso y no puedo permitir que otros te maltraten, que te toqueteen sin apreciarte, que entren y salgan de vos como si fueses cualquiera…
Ya mismo hablo con el encargado para que nadie más use este ascensor.

Solo yo

18 abr 2010

Pensar despacio, para andar deprisa

(Que buena esta onda verde). Hoy hable un toque, que cagada que no puedo verla. Tengo tantas cosas que decirle. Tengo que pensar menos y hacer más. (Esa señora se parece a mama). Es raro, esta bueno. Que se yo, la extraño. Pero son distintos tiempos. (Tachero de mierda!) Ella tiene sus cosas, no puedo forzar nada. No depende de mí, tengo que aprender a que no depende de mí. (Los peores son los tacheros, lejos). Es que la quiero y me gustaría que las cosas fuesen como yo quiero. Pero claro, habría que matar a mucha gente y dejar de lado tantas otras. Es un pensamiento caprichoso, no debería ser así. (Acá, a la vuelta vive Naty. Hace rato que no la veo). Como a Louis, que la extraño. Esta bien, tengo mucho trabajo. Dar vuelta por todos, entrar y salir en tantos lugares, no generar vínculos, ser copado. Esto no es vida. Estoy cansado y me gustaría poder llegar a casa y verla a ella y decirle: No sabes! La vi a Betiana Blumm robándose una Barbie en Santa Fe y Laprida. Pero no. Llego a casa y se lo cuento a la PC, que me devuelve un “red WiFi no encontrada”. (Adonde vas papa? Te compraste la Avenida Cabildo pelotudo??). Tengo que buscar la forma de no pensarla tanto. Voy a empezar porcelana en frío, eso si que es liberador. Si, ese curso, sigo con el bordado de alfombras y las tarjetas españolas. (PONE EL GIRO HIJO DE PUTA!!!) Por dios, como esta la calle!!. La calle esta dura, dijo Rodrigo! Jajaja! Que boludo, por malo me va a pasar algo. Naaa, no creo. Igual, peor de lo que me siento ahora. Esta incertidumbre, este sentimiento que crece, este AM---




CRASH! POW! TOING! PIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!


(Menos mal que tenia el casco, le hice mierda el baúl. Se lo merece, por tachero, por ser los peores.)


Tengo que pensar menos y hacer más

14 abr 2010

Boomerang

Camila recorre velozmente la Plaza de Mayo en busca de palomas. Las quiere pisar. Con una sonrisa horrible, de labios ampollados, persigue a las emplumadas ex mensajeras. Camila es morocha… o casi. Se esta quedando pelada desde su infancia por un problema de alimentación. Camila no debe pesar más de 46 kilos. Bueno, en realidad pesa como 100 kilos, pero eso si sumamos la silla de ruedas. Es casi diminuta. Sus cortas piernas van a la medida de sus brazos, que no deben llegar a los 30 centímetros. Camila sale de la plaza y agarra Balcarce en plena hora pico. Menos mal que tiene batería para rato. Su casa esta en La Boca y a 12km por hora se hace largo. Camila posee un vehículo casi pistero. Luces, un mp3 y parlantes. También llantas de aleación, freno a disco y un almohadón de plumas.

Menos mal que hay 21 grados. Camila sufre el frio en demasía. Su piel es muy grasosa y casi ni se distingue su color de piel. Camila frena en Moreno, se acomoda en la musculosa la falta de pechos, empuja los lentes (7.75 en cada ojo, prácticamente binoculares) y le hace una mueca con la boca al tachero que aguarda, como ella, el verde del semáforo. Camila quiso sonreír. El tachero la miró, subió la ventanilla y hecho una carcajada. Levantó su dedo índice, la apunto y disparó alrededor de 30 segundos de risotadas, que se fueron en fade cuando el semáforo por fin llegó al verde. Camila lo ve irse. Camila apreta su pequeño puño, mira en el lunar de la nuca del tachero con sus binoculares y murmura dos palabras. Con eso, Camila se siente liberada, retorna a su sonrisa horrible de labios ampollados y sigue su camino.

Es que Camila tiene dos defectos nada más. Uno que cuando se siente discriminada, proyecta el odio que le provoca esa actitud en una mirada y recita “Todo vuelve”.

El otro defecto es que no tiene Facebook

11 abr 2010

Todo es culpa de mis padres(30 años no es nada)

Mis padres tienen la culpa de que me discriminen. Ya no me invitan a jugar, ya no me eligen como delegado en “El Quemado”, sabiendo que mi derecha es diabólica y ganamos seguro. Los recreos son una tortura, con Ricardo, el otro chico que también es vedado de cualquier actividad social.


No soy demasiado feo como para que me dejen de lado. Ni tan hincha pelotas o tonto como para que me ignoren, mi único problema son mis padres. Su egoísmo. Su falta de consideración por mis relaciones interpersonales, mi niñez, mi complicada adolescencia y mi futuro.

Claro, qué se van a preocupar ellos. Tienen lo que quieren y más y no les importa si no pertenezco a la mayoría, si me excluyen debido a su incapacidad de entender a la sociedad. O sea, todos los otros padres son iguales y hacen lo mismo, por qué los míos no? Tengo que soportar fines de semana en familia cuando podría estar en casa de Julián jugando con la Playstation 3 que le regaló el padre. O la Wii que le dio la madre. No es justo que la mayoría de los chicos que conozco tengan dos habitaciones, dos televisores, dos casas y yo una. No se porque mis padres me hacen esto.

Y yo con mi habitación, mis cosas(que hay solo una de cada) en mi casa con aroma a un no sé que que está en el aire. Se siente como las sonrisas de cuando salimos con mis padres al cine o a los fichines o a jugar a la pelota (Mamá es de madera, pero ataja bien).

Yo los miro y no entiendo como el morocho, caprichoso y excesivamente trabajador del Sur esta con la rubia, soberbia y encantadora del Norte. No cuadra. Los otros padres se parecen. Son de mismo color, posición, barrio, supermercado. No tengo compañeros en el aula que sus padres no hayan compartido la misma góndola de lácteos. O conocen el Eki o Carrefour. Los míos no, ellos están más allá del bien y del mal…. O de Gral. Paz. No es bueno eso, porque por su culpa me miran raro todos. Cuando me ven bajar con ellos del mismo auto (porque, obviamente, los padres de mis compañeros tienen dos) se dan cuenta que de la mezcla de ambos sale un tehuelche tano, encantador y trabajador. No entiendo.

Cuenta la leyenda, que Papá entró a una oficina como cualquier otro día y se encandiló con unos ojos claros impactantes (que no heredé), una sonrisa de McDonalds y un carácter de mierda. Mamá, dicen las Santas Escrituras, que se rindió al encanto de su forma de ser, carisma avasallador y su mirada… que cada tanto se desviaba para abajo. De ahí en mas, casas, autos, animales y/o hijos.

Ellos no se dan cuenta que son bichos raros. O si, y se ríen. De todo y de todos. De mi principalmente cuando, el día de su aniversario de 30 años juntos, les digo:

-Mama, papa, por que no se separan? Todos los padres de mis amigos están separados! Ustedes nunca me dan lo que quiero! Por su culpa me discriminan! Porque ustedes me dan lo que sus padres les quieren comprar a ellos!


USTEDES SON EGOISTAS!

6 abr 2010

Podes...

  • Podes ser egoísta y no dar monedas en la calle
  • Podes odiar a Macri y comprar La Nación
  • Podes tirar un papel en la calle y barrer en tu casa
  • Podes querer a tu novia y sonreírle a la recepcionista
  • Podes mirar a Juan Pablo Feimann y ser diestro
  • Podes leer a Coelho y reírte con José María Listorti
  • Podes caminar de tu casa al trabajo y tomarte un remisse hasta el gimnasio
  • Podes estudiar Letras y no querer un porro
  • Podes ir a la Fiesta Clandestina e irte un rato antes
  • Podes decirles a tus hijos que estudien para ser mejores y después les pongas a Tinelli
  • Podes vivir solo y no extrañar el nido
  • Podes tener amigos y no compartir tu Danette
  • Podes mirar Los Simpsons y que te parezcan simpáticos Los Griffin
  • Podes ir a una fiesta de 15 y no hacer pogo en “La Guitarra”
  • Podes ser cura y que no te guste el rey del pop
  • Podes tener la Wii y seguir jugando con el Family
  • Podes romper corazones y mantener la sonrisa
  • Podes querer volver a romperte la cabeza con la misma pared y enamorarte de otra
  • Podes remar y remar y darte cuenta que no sabes nadar
  • Podes andar descalzo y vivir en las nubes
  • Podes creer en Dios y hacerte cargo de tus errores
  • Podes ser de Boca y asumir que Riquelme es un pecho frío
  • Podes modificarte y siempre ser el mismo


Pero por nada en el mundo te podes perder la Fugazzeta de “La Mezzeta

3 abr 2010

Instrucciones para jugar a las escondidas

Jugadores: 2 o mas personas


Tiempo: Indefinido

Edades: de 8 a 99 años

Objetivo: Encontrar a la(s) persona(s) que esta(n) oculta(s)

Modo de Juego: En un proceso de selección (Léase terrame terrame, tesin tesan/pan y queso) se define quién será el que debe contar sobre una pared o árbol con los ojos cerrados. Puede hacerlo en forma ascendente o descendente. La cantidad de números a contar(y su velocidad al hacerlo) varía según la cantidad de personas que estén involucradas en el juego(2 personas puede ser hasta 20, 3 hasta 30 y así sucesivamente).

Los que se escondan, pueden hacerlo donde prefieran. Y durante el juego, pueden cambiar de lugar.


Cuando el que debe buscar termina de contar, al grito de “Punto y coma, el que no se escondió se embroma” anuncia que empezará la búsqueda. Cada vez que encuentre a alguien, debe anunciarlo apoyando la mano donde contó con los ojos cerrados y decir el nombre de la persona y donde lo vio. Ej: Pica Leandro dentro del auto rojo.

El primero que sea descubierto, será el que ocupe el lugar del que buscaba.

Los que se ocultan, para poder evitar ser el próximo que cuente y busque, deben tocar el lugar donde se realizó la cuenta regresiva y gritar “Pica”. De esta manera, se anuncia que ya no debe ser buscado y queda fuera del juego como ganador a la espera de que se encuentren todos o ganen todos. Diciendo “Pica para mi y para todos mis compas”, todos los que anterior a el fueron descubiertos quedan exentos de contar.

En el caso que ganen todos, el que busca nuevamente deberá hacerlo.

No se puede esconder detrás del que cuenta ni tampoco golpear o empujar al que cuenta cuando uno es descubierto






El juego concluye cuando te hinchaste las pelotas.

1 abr 2010

No hay besos campeones en un primer round

Como siempre le resultaron simpáticas, las pecas no le molestaban a Pablo. Entonces conocer a Dora fue simple. Con un “Hola, vengo de Malet a dejar ordenes de publicidad”, Pablo entró en la vida de la pequeña de sonrisa Colgate.



Dora es publicista hace tres años y cantante desde los cinco. Le gusta el rock nacional, Los Beatles y es la que mas sabe de Queen en todo el país. Y Freddy Mercury es sagrado. Esto lo pudo comprobar Pablo, porque más de una vez ella lo retó por decir que todos los temas de la mítica banda son gays (cosa que es verdad). “Con Freddy y mi vieja no te metas”, sentenciaba Dora, con el ceño fruncido y levantando el dedo amenazador.


Pablo venía de una relación represiva y encontró en la fragilidad y simpleza de Dora el resguardo para sentirse libre. Ella, en cambio, no buscaba más que amistades con derecho a roce, porque el amor no era algo que estaba en sus planes. Aun así, sabiendo de la capacidad enamoradiza de Pablo, lo dejó entrar a su mundo.


Entre regalitos, caricias fugaces y charlas profundas, la relación se afianzaba. Pablo se escapaba para verla en la esquina de Nicaragua y Humbolt y ella esperaba ahí… después de decir que iba a los chinos a comprar un alfajor Cachafaz.


Todo muy lindo, pero nunca un beso.

El era entrador pero demasiado tímido. Y Dora era exploradora, pero siempre quiso ser raptada por un arrebato cuerpo a cuerpo. Él esperaba que las estrellas se alineen y encontrar el momento justo. Ella, que le coma la boca.


Juntos habían compartido paradas de colectivos y charlas de música, pero lo más cercano a un dialogo de labios fue un beso demasiado cerca de la zona de desastre. Pablo sabia que estaba todo bien, pero aun así no podía. No sabía por qué. El pasado? El futuro? El trabajo? El hecho que es casi irreal que la chica del canal realmente le este dando cabida? (Los problemas de autoestima son tratados siempre en el psicólogo de Pablo)


Dora tenia cierto miedo a las motos, por eso no lo dejaba a Pablo que la lleve a la casa. “Demonios! Era la excusa perfecta!”, se lamentaba él. Llevarla le daba mas valor para poder besarla, porque seria como el quisiese. A su primer novia le dijo que cerrara los ojos para darle un regalo y la besó. Esa boludez funcionó hace años atrás, porque no ahora?


Una tarde como las demás, Pablo estaba deseoso de Dora. La llamó, la facebookeó, la zumbeó(todos estos datos los pudo rescatar hábilmente) hasta decirle que la quería ver. Ella lo esperó en la puerta del canal y partieron a comprar un Cachafaz, esta vez de verdad. Entraron (ella pasó primero) y fueron hasta el fondo. Pablo decía para adentro “es ahora, es ahora”. La toma del brazo y la da vuelta. Frente a frente… bah, ella es media cabeza menos que él, así que lo miró hacia arriba buscando sus ojos. Pablo, temblando, fue subiendo sus manos hasta su rostro. Sentía como su boca le picaba.


Dora abrió más aun sus ojos marrones, esbozó esa sonrisa preciosa y tiernamente le dijo, a dos centímetros de boca de Pablo:






- No me iras a besar acá no? Después de tanto tiempo no vas a ser tan boludo de besarme al lado de los fiambres?





Pablo soltó un ahogado “no”, volvió a desinflar su autoestima y se compró Caladryl para sacarse la picazón de los labios.