28 mar 2010

Atrevete, dijo el cobarde

- Me voy a tomar dos segundos para analizar esta situación.

En un terreno de 50X20m., hay cientos de paredes separadas entre ellas por 3 metros. Las paredes tienen dos metros de alto y son blancas. Van perpendiculares, van paralelas. Se chocan y vuelven a empezar. Pero siempre a tres metros de separación. Crean caminos que llegan a ningún lado, o si. Un solo te lleva a donde querés ir, que es el otro lado. Para entrar al terreno, debes atravesar un portal dorado, que siempre esta abierto. No hay techo, pero el cielo esta tan despejado que el celeste no sirve de guía. No hay viento, sólo una brisa templada que de algún lugar viene. Temperatura de 20 grados ideal para una remera azul a rayas y unas bermudas de playa. Las sandalias rotas de tanto andar hoy no duelen, pero marcan las marcas en la piel. Pelo revuelto acompañado por una barba de una semana que intentara esconder una sonrisa de satisfacción que va en sintonía con los ojitos a media asta.

Que hago ahora? Miro el portal y el sol me encandila. Achino los ojos y doy un paso adelante, pero mi otro pie no me sigue. Miro a mi izquierda y el muro blanco parece interminable. A mi derecha se repite la imagen. No hay opción, debo entrar. O no. Podría hacer como siempre y optar por repetir el camino que me llevo a tal estructura. El anterior ya lo resolví y seria más fácil recordar como llegue a la salida a intentar un nuevo laberinto. No hay atajos, no hay caminos secretos, no hay migajas de pan para volver. Es el portal, las paredes blancas y todo el tiempo del mundo.

Vamos a ver. Las paredes blancas podrían ser pintadas con buenos recuerdos y algún póster de película. Por los zócalos pasaría los cables de comunicación y la electricidad de la pasión. Podría poner interruptores que prendan la razón y el sentimiento, pero que nunca funcionen juntos. Espejos, un par. Solo para ver como el tiempo se ensaña conmigo. El piso es nuevo, de tierra. Mejor. Se puede ver mi andar, pero no sirve volver porque me perdería en mis huellas. Esto me va a llevar mucho trabajo.

- Ey, no seas boludo, Dame la mano, vamos…. Pero no ronques más

1 comentario:

  1. El texto me generó mucha intriga, hasta llegar al final..(pienso que eso es excelente, pero aun más excelente es animarse.)

    Aplausos a tu elocuencia, como siempre.

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Y ahora... que?